ES FÁCIL
Es fácil, me dije a mí misma mientras miraba alelada la pantalla del ordenador. En realidad, no debería ser difícil, mujer de cuarenta y algo años, culta y de buen ver (según como se la mire), desea relacionarse con mujeres, preferiblemente con coche e hipoteca ya pagada. Abstenerse tríos y heteros con ganas de probar.
Así era el mensaje que había colgado en aquella web de contactos, no había puesto foto; los michelines coleccionados el invierno pasado hacían que fuera reacia a las fotografías de cuerpo entero. Tampoco había puesto edad para las mujeres que buscaba porque suponía que lo de la hipoteca ya marcaba el tiempo. Y había dejado en blanco todos los datos que me pedían para describirme a mí misma, mis aficiones y manías. Si alguien estaba interesada en conocerme, que me conociera en persona, faltaría más.
Es fácil, me repetí a mí misma dándole a la tecla de enviar. Seguro que en dos o tres días recibo un aluvión de mensajes requiriendo mi presencia en los sitios más inverosímiles y paradisíacos del país; es fijo que muchas mujeres estén deseando conocerme y que, al menos una, me llegue a lo más hondo de mi corazón y sea la mujer de mi vida ¿quizá tendría que haber puesto que buscaba mujer para pareja estable e incluso matrimonio? ¿me escribirá alguna queriendo sólo sexo? ¿y si la que me escribe y de la que me enamoro es de muy lejos? ¿pediré el traslado en el trabajo?
Me fui a la cama haciendo ya la selección de los mensajes recibidos; empezaría por conocer a las más cercanas, y dentro de las más cercanas, a las que tuvieran un poco de gracia en su mensaje. El humor era muy importante en la vida en pareja, mejor una mujer con sentido del humor que una excesivamente seria ¿tendría que haber puesto eso en el anuncio? ¿me llamaría algún cardo borriquero? ¿y si, en una de esas citas me encontraba con alguien desagradable?
Me dormí con la mujer ideal haciéndome de todo en sueños; pero no la volví a encontrar una vez dormida. Desperté ansiosa, mientras me tomaba el primer café de la mañana encendí el ordenador y me repetía: “es fácil mujer, es fácil”. Nada, no había mensajes de contacto, sólo dos ofreciéndome Viagra para una duradera vida sexual ¿Viagra a mí? ¿precisamente Viagra?
Y así llevo ya tres meses, tirando mensajes de Viagra y repitiéndome que es fácil, que cualquiera que me conociera se enamoraría de mí. Y todos los días, puntualmente cada dos horas más o menos, miro mi buzón de correo electrónico y me digo: “Es fácil, es muy fácil”
Así era el mensaje que había colgado en aquella web de contactos, no había puesto foto; los michelines coleccionados el invierno pasado hacían que fuera reacia a las fotografías de cuerpo entero. Tampoco había puesto edad para las mujeres que buscaba porque suponía que lo de la hipoteca ya marcaba el tiempo. Y había dejado en blanco todos los datos que me pedían para describirme a mí misma, mis aficiones y manías. Si alguien estaba interesada en conocerme, que me conociera en persona, faltaría más.
Es fácil, me repetí a mí misma dándole a la tecla de enviar. Seguro que en dos o tres días recibo un aluvión de mensajes requiriendo mi presencia en los sitios más inverosímiles y paradisíacos del país; es fijo que muchas mujeres estén deseando conocerme y que, al menos una, me llegue a lo más hondo de mi corazón y sea la mujer de mi vida ¿quizá tendría que haber puesto que buscaba mujer para pareja estable e incluso matrimonio? ¿me escribirá alguna queriendo sólo sexo? ¿y si la que me escribe y de la que me enamoro es de muy lejos? ¿pediré el traslado en el trabajo?
Me fui a la cama haciendo ya la selección de los mensajes recibidos; empezaría por conocer a las más cercanas, y dentro de las más cercanas, a las que tuvieran un poco de gracia en su mensaje. El humor era muy importante en la vida en pareja, mejor una mujer con sentido del humor que una excesivamente seria ¿tendría que haber puesto eso en el anuncio? ¿me llamaría algún cardo borriquero? ¿y si, en una de esas citas me encontraba con alguien desagradable?
Me dormí con la mujer ideal haciéndome de todo en sueños; pero no la volví a encontrar una vez dormida. Desperté ansiosa, mientras me tomaba el primer café de la mañana encendí el ordenador y me repetía: “es fácil mujer, es fácil”. Nada, no había mensajes de contacto, sólo dos ofreciéndome Viagra para una duradera vida sexual ¿Viagra a mí? ¿precisamente Viagra?
Y así llevo ya tres meses, tirando mensajes de Viagra y repitiéndome que es fácil, que cualquiera que me conociera se enamoraría de mí. Y todos los días, puntualmente cada dos horas más o menos, miro mi buzón de correo electrónico y me digo: “Es fácil, es muy fácil”
9 comentarios:
¿¿¿¿Con la hipoteca pagada?????
Pues no pides tú nada...Juas. En el mejor de los casos te puede responder alguna señora ya desdentada...A no ser, claro, que sea una rica heredera (improbable) o que le haya tocado la loto (más improbable aún).
Es difícil, muy difíl, sí.
Pero bueno, por pedir que no quede...y por soñar menos.
Besos Marcela. A seguir soñando en la espera, y sobre todo a seguir escribiendo, que también es muy difícil, y tú lo haces requetebien.
Si es que lo de la hipoteca es mportante, jajajaa. Pero que conste que lo del blog es un relato, no una experiencia personal (yo no tengo pagada la hipoteca)
Es un relato? entonces no es cierto que en tres meses no te haya escrito ninguna mujer, no?
Ya decía yo! quiero decir que me extrañaba mucho.
Besinos!
Se me olvidó decir que me ha gustado mucho la fotografía con esos abrelatas enlatados, jajajaaaa
Gracias, Roma. Sí, sólo es un relato, de todas formas esperaría más de tres meses si dejaran de enviarme publicidad de Viagra, jajajaaa.
Ah pues mira cuando se pasa de los 40 se hacen cosas raras... Yo llegue a los 40 rompiendo pareja y comenzando otra, que no duró. Y a los 42 (ahora tengo 43) me comencé a preocupar, estaba aburrida y sin novia. Asi que yo si me di de alta en un portal de esos y a mi si que me respondieron sin publicidad de viagra, a saber xoxi xuli, no se que tendra xuli pero un mal gusto de cojones para escoger nick si que tiene. MOrenita Ardiente, más de lo mismo y poco original. Una señora me mando directamente sus tetas sin siquiera darme el nombre y el resto han sido una 35 Gías (como alguien puede creer que ponerse Gía puede resultar atractivo) y una que tiene la imaginacion que tiene ya piensa que de responder se aparecera una de estas Gías en tu puerta con una mochila, un bidón de gasolina y una antorcha por si se te ocurre rechazarla quemarse a lo bonzo... PAso... me di de baja por supuesto. A este paso llegaré a la cincuentena sin novia. Es verdad que soy bisexual y que supuestamente se me amplían las posibilidades pero... No me gusta asaltar cunas y con la madurez, los hombres van acumulando una sinfonía de ruiditos simiescos, una tos de perro apaleado y los pelos se alejan de la cabeza para comenzar a crecer por cualquier lugar insólito, no creo poder despertarme con eso día tras día, así que mi bisexualidad manifiesta ya queda más como una posición política (só así de rara)... EN fin que me toca estar de acuerdo con lo que decía mi mejor amigo que tu nivel de exigencia es inversamente a proporcional a la juventud y el atractivo físico porque aí somos de contradictorios los humanos... :P
Me gusta, este relato, Marcela. Me recuerda a una que conozco (por lo de los michelines invernales, y tal, y pascual). La única diferencia de esta ficción tuya con la realidad de la que yo conozco es que se libró de los michelines invernales, se cortó un poquitín el pelo, fue a un congreso de no sé qué y ligó con una mujer interesantísima, de una realidad nacional próxima a la suya, y está encantada de la vida, como Concha QuéAsco.
Si ya se viene diciendo, oyes, la realidad supera SIEMPRE a la ficción.
Jajajajaja, Mármara, cómo me suena la historia.
Sabíalo yo...
Publicar un comentario