jueves, julio 12

C.S.I. Avilés

Siempre me gustó la novela negra y, ahora, veo de vez en cuando alguna serie de esas de la televisión en que se investigan crímenes. Y esto me trae a la situación actual de nuestro país.
Dirá alguien que qué tiene que ver, pues mucho: estamos asistiendo al mayor crimen de nuestra historia reciente, alguien ha matado a la democracia y al estado del bienestar.
Es por ello que me enfundo los guantes de fregar (no tengo de esos que usan en las pelis) para no dejar huella, cojo la lupa, rocío con limpiasuelos los muebles (tampoco tengo eso de buscar huellas, qué queréis, son los recortes) y me hago la pregunta que oigo en todas esas series y novelas: ¿Este crimen a quién beneficia?
Tengo una lista tremenda de sospechosos y otra de descartados. Hasta ahora, en los baldosines de la cocina (ya,ya, pero tampoco cuento con un panel decente en toda la casa para escribir), he apuntado lo siguiente:
- Al bienestar se le vio por última vez, feliz, paseando de la mano de la democracia hará un par de años.
- Su felicidad no era completa, porque había preocupación por el paro y la pobreza de alguna gente, pero estaba en su cabeza solucionar algo de todo esto.
- Desaparecieron definitivamente un día de elecciones generales, si bien ya estaban enfermos de antes.
- Dicen que la democracia se intentó resistir, pero le dispararon pelotas de goma y al bienestar lo envolvieron en gases lacrimógenos, todos los furgones de policía se concentraron contra ellos, tal era su peligrosidad.
- La escuela pública fue atacada desde el principio. ¿A quién le beneficia el descrédito de esta escuela? A la escuela privada, a esos chiringuitos de hacer dinero adoctrinando en el "amor al prójimo" siempre que el prójimo sea próximo, claro.
- La sanidad fue la siguiente, a por ella fueron quienes tienen para pagarse tratamientos de belleza en clínicas carísimas o bien se tratan el cáncer en EEUU. ¿A quién beneficia? A las clínicas privadas, que te cobran por respirar, a los médicos y médicas que tienen consulta propia, a quienes nunca se han visto en la necesidad de esperar cola mientras les duele el cuerpo y el alma. Y a las industrias de farmacia, que odian los medicamentos genéricos y viven de crear enfermedades nuevas y de medicar hasta el sentimiento.
- Luego fueron a por la ley de dependencia, porque ellos nunca dependerán de nadie que se sacrifique por ellos, porque ellos lo pagan todo, hasta el cariño. ¿A quién beneficia? A las empresas que quieren comercializar con el dolor ajeno, que no entienden las consecuencias que en las personas cuidadoras aparecen por dedicar su vida a alguien querido que ha perdido la independencia personal.
- Al final, a por los parados y paradas, pasando por crear más desempleo mientras ellos se forran con indemnizaciones millonarias. ¿A quién beneficia? A todos los empresarios que han aprovechado esta "crisis" para deshacerse de su plantilla.
- Y de las mujeres ni se habla, la igualdad ha desaparecido. ¿A quién beneficia? Pues a quién va a ser, a los de siempre, a los que sustentan el patriarcado más feroz, a ellos que se lo hacen por las patas ante las mujeres sin miedo y emprendedoras, a ellas que no pueden pensar en la igualdad porque tendrían que cambiar toda su penosa vida de secundarias de su propia película.
Se ha escrito un crimen, fue una muerte anunciada, un suicidio social respaldado con millones de votos que, dicen las malas lenguas, nunca se equivocan. En este crimen, hubo testigos que se han negado a declarar, partidos políticos que han mirado más para su asiento propio que por su cuidadanía, banqueros que se han hecho de oro mientras tuercen la vista para no ver el hambre de otra gente, eclesiásticos preocupados por su cuenta corriente y su estatus de mierda, ciudadanía sorda y ciega que regala los derechos adquiridos a cambio de un móvil nuevo, medios de comunicación sicarios de sus jefes.
Está difícil resolver el crimen cuando hay tanto culpable, pero nunca olvidemos que las barricadas cierran la calle, pero abren el camino.