Y esto viene a cuento de las clases en el insti y de la forma en que encaramos cada convivencia con los grupos que tenemos.
Hace un tiempo que llevaba yo preguntándome si sería posible que cada vez que hago guardia en un grupo de más peques (1º y 2º de la ESO) saliera cabreada y me pusiera como un sargento semana desde el primer minuto de clase. Me puse a reflexionar sobre ello y me di cuenta de que me estaba dejando influir por el profesorado más gris, el que en la sala no hace más que quejarse de su profesión y del alumnado que le toca (da igual el que le toque y no acaban de dejar una profesión que les "jode" tanto ¿por qué? ¿por los puentes? ¿por el horario? ¿por las vacaciones? arggggggggg). Efectivamente, yo escuchaba en la sala todo tipo de comentarios negativos sobre ciertos grupos de alumnado y luego iba yo a esos grupos a hacer guardia como una energúmena y recibía lo que ya sabía que tendría: malos comportamientos, malas contestaciones y faltas de respeto.
Pero como tengo recursos y además esta profesión me encanta y no estoy dispuesta a dejarme vencer fácilmente, he decidido cambiar radicalmente mi forma de entrar en esos grupos y llevo dos semanas pidiéndome voluntaria las guardias con el alumnado más difícil. Y estoy disfrutando y me lo estoy pasando bien y me estoy llevando bien con ellos y ellas. Entro saludando y preséntandome, les pregunto cómo creen que podríamos hacer de esa hora algo productivo llevándonos bien, comentan lo que quieren, llegamos a acuerdos y la hora se pasa en calma y con trabajo hecho.
Es más, hasta me han retado a un partido de badminton este viernes pasado. Por cierto, les gané fácilmente y ahora ya soy un as del deporte, jajajajaja.Y es que, a veces, es fácil dejarse llevar por lo gris, por la queja, por la insatisfacción de alrededor y olvidar que la docencia es una de las profesiones más bonitas y más satisfactorias que hay, pero que hay que currarla mucho, pero que mucho mucho. Quien esté mal en ella podría poner una mercería y dejar de extender el mal rollo, así quedaríamos quienes queremos seguir mejorando.
PD: en otro post contaré el proyecto de musical que tengo con 2º de bachillerato y Literatura Universal, pero aún no podemos desvelar nada, ajajjaja.
13 comentarios:
Yo he llegado a pensar que la docencia es una de esas actividades que puedes desarrollar de una manera más o menos decente si eres responsable y le pones interés pero para llegar a ser una excelente profesional, el ingrediente indispensable es la vocación. Sin duda tú la tienes, por eso lo disfrutas. Por otra parte me has recordado algo que decía mi madre: "cuando estés con un grupo nuevo, gánatelos. Si lo consigues, tendrás la mitad del trabajo hecho." Perlitas de mi madre ;)
Hace más de diez años que no doy clase a adolescentes. Durante muchos más lo hice, pero era un centro rural. No tuve nunca un problema, pero en donde ahora, los compañeros y compañeras que dan clase a esos cursos están quemados. Sólo puedo creer lo que me dicen a falta de experiencia propia, pero tu experiencia también es una más y me gustaría que otros pudieran conocerla. Me parece muy válida y más positiva.
Por otra parte, creo que yo no serviría tampoco para esos grupos, no ahora. Ahora ya me agota más el ruido que el trabajo árduo. Normalmente nos vamos especializando según nuestra preparación y nuestros caracteres. Y yo no me veo preparada para dar clase a esos grupos de edad.
Ganarlos en su terreno siempre funciona...campeona.
Yo he dejado de ir a la sala de profes por no escuchar a los grises. Me ponen mala. He abierto la puerta de mi clase y he ido invitando a ciertas personas... En el recreo sólo se puede hablar de temas de "buen rollo" y felicidad. Ya estás contando el gran proyecto...
Yo no se que está pasando con la educación, es un problema, lo que si que es verdad es que recuerdo hace muchos años cuando el maestro de un pueblo era como una institución, el maestro, el medico y el cura; ahora la mayoría de la gente, no se puede generalizar, oposita para tener un puesto de trabajo fijo, no porque tenga vocación, y pasan a ser trabajadores que está cabreados porque no le gusta su trabajo. Nadie debería ejercer una profesión que no le guste; hoy en día la gente estudia lo que le vaya a reportar un trabajo fijo y a poder ser un buen salario, sin pararse a pensar, si eso de verdad es lo que le llena. También reconozco que los alumnos no son como los de antes, por el tipo de vida que llevamos, es más complicado llegar a ellos, creo que un buen profesor tiene que saber transmitir el gusto por el estudio, conseguir que el alumno aprenda no por obligación sino por saber, conocer.
Hay muchos gente quemadoa en esta profesión, es fácil por otro lado si te dejas llevar por el derrotismo, buscas soluciones inmediatas y esperaras demasiado de ellos. Lo mejor ganárselo en el terreno afectivo e ir avanzando poco a poco.Hay mucho funcionario gris, creo que el perfil del docente de hoy en día debe ser alguien entusiasta, renovador y repleto de energía, pero no siempre se tiene el día así. Por cierto, tengo una amiga que dejó la docencia y puso una mercería...saludos
va a ser una movida algo así como el los dobles míos, me refiero a lo de tu proyecto con los de 2º de bachillerato. algo a si como ponerle música a los grandes temas de la lit universal. ¿es? jajajajaaaa
me encanta que te guste trabajar con ese grupo de edad. el planeta te lo agradece, yo soy de las que se cuenta a tiempo y antes de volverme gris, me dediqué a otra cosa....
¡Huy, Marcelilla, qué temazo me has sacado, maja, con lo que me gustan las mercerías!
Fíjate lo que te digo, si por mi fuera, llenaba el territorio nacional de ellas, así, en plan cadena, tipo "El Corte Inglés". Más, no te digo.
Ole!!! y qué verdad.
También se recibe lo que se da....
besos
Pues sí, como te decía en el otro post (el posterior, que lo he leído antes) ser profesor no tiene que ser nada fácil. Yo sólo conozco la perspectiva del alumno, y pensaba: ''Dios, lo último a ser en el mundo, profesor en la ESO'' XD Había o grises, como dices tú, o colegas, pero parece imposible un término medio, me alegro de leerte y ver que hay gente que le echa ganas.
cuánta verdad, cuánta verdad!! Yo, a ese fenómeno de engrisamiento colectivo le llamo "viciarse" porque lo es: nos viciamos, los/las docentes, unos/as a otros/as. La mirada estrábica de la educación que lo vicia todo.
Mira, mercerías o ferreterías, pero que nos dejen trabajar, coño!
Besos
ostras, también se te da bien el bádminton??' yo jugué de jovencita y mola mazo.
Te doy la enhorabuena por tu optimismo y tu buen hacer con las chavalas y chavales... (y a ellas y a ellos también se la doy por tenerte a ti)
Ea!!
Si es que vales un potosí, Marcelilla, ¡un potosí!
:D
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