viernes, octubre 6

UNA MARCELA DE 1979
El otro día, por hacer un favor, tuve que revolver entre mis apuntes de la facultad. En una de las cajas que estaba mirando me encontré con una carpeta a la que yo, bendita ingenuidad, había titulado "Top Secret". La abrí con una amplia sonrisa en mi cara y me di de bruces con un diario mío de 1979, cuando yo tenía 15 años. Ya no pude seguir buscando aquellos apuntes que me habían pedido, me senté en el trastero y leí de un tirón lo que me tenía que decir aquella Marcela adolescente, lo que tenía que recordarme a pesar de los años.
Y todavía estoy emocionada por el reencuentro, aún creo estar oyendo que no me puedo olvidar nunca de lo que fui, de lo que pensé, de lo que sufrí y de lo que disfruté.
He escaneado la portada de la libreta, ahora ya no la traspapelaré más. Me leí y me alegré de reencontrarme. Lo que más me gustó es que, a pesar de los cambios, la evolución y los años, me he reconocido.
Quiero escribir aquí algunas de las cosas que decía aquella Marcela, como homenaje a una adolescencia que fue la base de esta madurez que ahora vivo.
Una de las cosas que me hizo reír a carcajadas es que digo de mi hermana mayor, que por aquella tendría 19 años: " Ya no se puede hablar con ella, es del bando de los mayores".
Otras perlas de este diario: "Hoy es lunes, ya fui a clase, es como una cárcel". "Hago este diario porque necesito contar lo que me pasa a alguien". "Con todas estas dudas y soledades me despido por hoy". " Hoy todo el mundo me trata como una inútil". "Voy a seguir con la puta Física". "Hoy leí una definición de anarquía que me gustó". Etc.
Y así, una libreta que abarca cuatro años. Una Marcela adolescente que es como cualquier adolescente, con sus dudas, sus cosas, sus ganas de llamar la atención y de ser escuchada.
Ya está, Marcela, ya te escuché, misión cumplida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ostras, yo también tengo diarios de adolescencia pero me da un poco de miedo releerlos, me temo que era una adolescente con tribulaciones poco reconocibles ahora, me suena que no la pasé muy bien por aquel entonces, pero ahora que te leo, igual me doy una vuelta por la paula de entonces
por cierto que si abres libro de citas para quedar en el bar de abajo de tu casa, apunta una más, jejeje
buen fin de semana, guapa!

Mármara dijo...

Desde luego, jamía, no la hay, de generosa, agradable, desprendida...
Presentarnos a esa Marcela de 1979 ha sido todo un detallazo.
Sobre mis diarios de adolescente no voy a hacer declaraciones en este momento. Ya vengo bastante deprimida del cine.

Marcela dijo...

Jajajaja, parece que a todas nos da un poco de cosa lo de la adolescencia. Os animo a recuperar una parte, a mirarnos con mucho cariño, eso sí; a mí me ha venido genial.
Paula, en una de estas nos tomamos un café en el mismo bar (pero ¿sabremos que estamos en el mismo?)

Anónimo dijo...

muy interesante tu blog

Anónimo dijo...

marcela, me ha gustado tu bloga, esta riquito, tierno y a veces hasta calidito, es justo lo que necesitaba para sacurdirme el hastio. que bien que esa del diario aun la reconoces como marcela, un beso desde la habanita mia

Marcela dijo...

Saludos, negra cubana. Sí, es una suerte reconocerse aún, veo ala adolescente que fui, la que realmente se ha ido formando hasta la madurez de hoy en día.
He traicionado algunas cosillas, pero las básicas siguen estando ahí, por eso me reconozco. Un abrazo hacia tu ciudad.