Nunca he sido amiga de programar mucho y eso es una contradicción con mi profesión, en la que hay que estar todo el día programando. Siempre he pensado que mejor dejar que la vida te vaya trayendo lo que toque y, sobre la marcha, ir tomando decisiones.
Con esta filosofía medio pasota me ha pasado que llegan las vacaciones y no tengo elegido destino, o que voy a viajar y tengo que buscar a última hora todo, o que es el cumple de alguien querido y aun no tengo el regalo.
Pero también me ocurre que si planifico, cosa rara en mí, en el último momento la programación se va a la porra. Por ejemplo, pienso en lo que voy a comer mañana, decido que quiero garbanzos, los pongo en remojo toda la noche y, cuando llega el momento de comer, me apetece un perrito caliente. No tengo nunca dudas, dejo los garbanzos para mejor momento y me doy el placer del perrito, cómo no, no voy a dejarme encorsetar por lo ya planificado cuando soy más feliz haciendo caso a lo que me apetece.
Claro que no siempre es en positivo. Un ejemplo: preparas las uvas para Nochevieja, has cenado de lo mejorcito en la mejor compañía, casi van a dar las campanadas y una llamada de teléfono te descoloca por completo. Una urgencia sanitaria grave te saca de tu mundo de disney y te devuelve a la dura realidad del ciclo de la vida y sus riesgos. Pues no pasa nada, primero es importante y luego ya se verá.
Y todo esto para deciros que aun no me he comido las uvas del año nuevo, que un enorme susto en la salud de una mujer mayor nos ha hecho correr desesperadas en busca de atención sanitaria, que mientras las lágrimas aparecían la ciudad se llenaba de petardos y gritos de alegría.
Pero me da igual, hoy celebramos que ella está mejor, que la han estabilizado y que ya da besitos.
Mucho mejor que doce uvas que se pueden comer en cualquier momento es oír, de nuevo, a una mujer llamarme "hija", porque ella me ha dicho: "Tú eres otra hija mía" y entonces sí que me han saltado las lágrimas, porque he sentido que, desde no sé dónde, mi madre me mandaba a esta mujer para quererme. Hoy, sé que el nuevo año será duro, pero también sé que tengo otra madre más y que ahora se recupera un poquito.
Las uvas llegarán cuando queramos, porque nosotras celebraremos el año nuevo cuando nos dé la gana, ea.
Mi voz, mi decisión
Hace 6 meses
19 comentarios:
El momento "hija" no tiene precio.
Es genial que la mujer mayor se vaya restableciendo poco a poco y que tú cuentes con una segunda madre.
Las uvas son lo de menos. Yo tampoco las tomé, no tenía cuerpo para tragarlas.
Un abrazo enorme!
Ufff, pues yo soy la "lista" personalizada.
Es decir que hago listas para todo y cuando digo todo, es todo: ¡hasta sé, desde hace diez años al menos, los regalos de navidad, cumples y otros que he hecho a quién y a qué precio y los que me han hecho a mi¡¡¡.
Debo tener un gen germano por ahí rondando
Siento lo de la enfermita, espero que mejore del todo y lo que dices, las uvas se pueden tomar en cualquier momento.
Cuando quieras yo os toco la campana, hala! que no falten detalles!!!!
Un abrazo grande
Dicen que nada pasa porque casualidad, así que el momento "hija" fue en realidad el momento "cambio de año", Para tí, para ellas... para lo que está por venir. Enhorabuena por la mejoría y porque todo se quedó en un susto
besitos
Me alegro mucho de que sólo haya sido un susto, y que ese susto haya traído algo tan valioso para ti.
Un abrazo muy fuerte, para las tres.
Creo que somos almas gemelas en el arte de no programar. Me he llevado un susto al leer la primera parte de tu entrada, pero después se me ha quedado una sonrisa de alegría. En la mejoría y en el 'hija' están las mejores doce uvas del cambio de año. Dos abrazos muy fuertes van para allá.
Me alegro de que sólo fuera un susto.
La tradición de las uvas, comenzó por un excedente de uvas, pero este año de lo que tenemos excedente es de parados
Pues tienes razón... las uvas te las puedes comer cuando quieras... "lo primero es lo primero" (eso dice mi madre y las madres siempre tienen razón)
Qué bien que esté un poquico mejor...
Feliz año Marcelilla... te tomes las uvas cuando te las tomes...
pues lo dicen todas y me incluyo, las uvas se pueden comer en otro momento, el momento "hija" supera todo lo demás, me alegro de que esté estabilizada y bien, feliz año nuevo marcela, besos
Sobrevive quien mejor se adapta a los cambios... y el destino va y te regala otro amor maternal, eso merece un racimo entero.
Bss
Q bien marcela q todo haya sido un susto. Lo d tener otra mujer q te cuide q impte es cuando la madre ya no esta. Yo dsd q se fue mi madre tb van apareciendo mujeres q me cuidan y eso es d agradecer. Nadie podra sustituir a nuestras mamis, pero siempre es bienvenido el aprecio y todo lo demas. A mi me ayuda dia a dia a seguir mi camino.
Un beso.
MRosa
que se mejore
pues como bien dices las uvas las tomarás cuando quieras... por supuesto
besazo
Ahora puedes darte el gusto de elegir si te decides por las lentejas italianas, las pasas portuguesas, los fideos nipones... ¡Todas las tradiciones al alcance de tu mano, para que elijas la que más te guste! Que para eso se lo han ganado... ;-)
Pues hala, a mimar a esta segunda madre que la vida te ha regalado. Y si al final hay que comerse 12 conguitos en lugar de 12 uvas, se comen y santas pascuas.
:)
Un abrazo, Marcelilla.
Mi abuela, que me ha criado prácticamente, está en el hospital. Pero eso no ha sido lo peor, lo peor ha sido ver la dejadez, el pasotismo, la falta de rigor médico, sólo porque tiene 89 años...
Me alegro q tu "otra madre" esté mejor.
Besos
Lo de no programar a veces va bien :D
Saludos
Da gusto leerte, chica, aquí la crisis no existe, como está el país es un oasis en medio del océano.
qué me has emocionao, prima!!! yo también tengo por aquí en casa "otra" que también me quiere como a una hija... y es que nuestras madres mandan sus emisoras para que nos cuiden... y también para que nosotras les correspondamos!
Me alegro de la mejoría... y a la porra las uvasssssssss!!
mucha saluddddddddd, mucha mucha y a repartirrrrrrrrr
Abracinesssssssssss
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