sábado, diciembre 17

El lago Tiberiades


Leyendo a Faralilla, me acordé de un episodio que me pasó hace unos años en un viaje a Israel.
Os cuento. Tú vas a Israel y te encuentras en todos los lados a parroquias españolas enteras rezando por las esquinas. Quienes no vamos con ánimo religioso, asistimos con alucine a tal cantidad de rezos, curas, monjas (¿se acostarán juntitas?) y crucifijos andantes, vamos que sólo falta María Ostiz con su guitarra.
Bien, resulta que una de las excursiones era al Lago Tiberiades y, claro, cómo no apuntarse al lugar donde nació el surf (os recuerdo que allí, Jesús se marcó un paseíto por encima del agua). Al llegar hacía un calor de esos que te derriten hasta el cierre del sujetador. Ni una gota de aire, un lago sin movimiento y sin nada alrededor que llame la atención, una piedra donde Jesús se sentó (y la gente creyéndolo), un bareto cerrado y el hotel en medio de la nada. Ante tal cantidad de estímulos turísticos, bajamos a cenar muy temprano y nos encontramos rodeadas de personal "joven" del obispado de Huelva, con su obispo y todo. Nada más sentarnos, empezaron a hablarnos y nos dijeron que si queríamos ir a una oración que harían en el centro del lago (en barco, claro, que no está para probar eso de andar sobre las aguas) a las doce de la noche.
A mi acompañante se le iluminaron los ojos: "Vamos, vamos, Marcelilla, que fui a colegio de monjas y me sé todas las canciones y todas las oraciones"; y yo: "Que no, tía, que era lo que me faltaba, que yo fui al público y paso".
Total, que me vi hablando con el señor obispo para pedirle permiso para ir: "Hola, obispo, que somos de Asturias y queríamos ir a la oración esa en medio del lago, pero que sepa que soy atea, lesbiana y anticlerical". Ante esta presentación nunca esperé que nos dijera que sí, pero los milagros existen y allá que nos fuimos.
Alabaré, alabaré...ya están pisando nuestros pies...aleluya, aleluya...en la orilla he dejado mi barca (coño, entonces ¿en qué vamos?), y así todo el viajecito y mi colega a voz en grito todas las canciones y haciendo amigas entre las beatas.
Rezos (que no me sé), rosarios (que desconozco) y hasta fotos con el obispo (que yo también estoy en una, ayyyy mi ateísmo que se resiente).
Y yo, mirando al agua, a ver si por fin daba con el misterio del caminar sobre las aguas y mirando a todas aquellas personas que fervorosamente creían en algo que yo no veía. Qué experiencia, por las diosas, qué experiencia.

22 comentarios:

farala dijo...

jajajajaaaaaaaa pues esperate a ver mi post-felicitación de navidad...

tu amigo el obispo me recluta fijo!

sor Ella dijo...

Si te digo dónde y cómo estoy no te crees que esté escribiendo el comentario, pero he tenido que dejar lo que hacía pa partirme de risa con tu post. Y ya que estaba, te comento. La cuna del surf jajajaja

iTxaro dijo...

eso se llama terapia de choque no???

Lena de mar dijo...

en la orillaaaa he dejado mi barcaaaaaaa, junto a tíiiiii buscaré otro marrrrrrrrrrrrr (yo también me las sé todas!!), qué cruz!!!! aunque quiera y me esfuerce, no consigo olvidarlas, qué trauma!!! menos mal que ya he apostatado!!!

Marcelilla, eres única!! te admiro!!

Abracitos salinos

Gutapercha de Jabariego dijo...

Pues ni te cuento si te llevan a esperar que Moises vuelva a abrir las aguas del mar rojo. Pero en cuestiones de Fe, nunca se sabe.

Morgana dijo...

jajajajaja joder, haber tirado al obispo al agua a ver si caminaba, no??

Oye, no tiene precio esa experiencia, eh??

jajajaajajaj

Pena Mexicana dijo...

Muy bien Marcela y ahora cómo me quito de la cabeza la dichosa barca? para colmo, yo ni siquiera tengo tradición católica...
De casualidad en ese viaje no te llevaron al Mar Muerto? es impresionante...

besitos

Siempre suya dijo...

Marcela, e como si hubieses ido con nosotras, que en el coche vamos cantando canciones de misa. Me meo toa.

chris dijo...

Digo yo...ya que hiciste inmersión (ah no, que no llegaste a probar si serías capaz de caminar o te hundirías) de pleno en la tradición católica, haber invitado a la parroquia onubense a ver una peli lésbica o algo asó. Mujé, que hay que corresponder a la amabilidad que mostraron! jajajaja

Anónimo dijo...

Jajaja q bueno marcela tu post como siiempre. Aki maneja mi barca. ...
Un beso
MRosa

dintel dijo...

Una gran experiencia, un gran lago.

ISA dijo...

Genial la experiencia. Hay que meterse en todos los líos, aunque no sean de tu cuerda, al final hasta los recuerdas con cariño y todo¡¡

LA DESGRACIÁ dijo...

Se me ha metido en la cabeza la canción de: Él llegó en un barco, de nombre extranjero.... xD

Muaks

Arlene Escarlata dijo...

jajajajaja esas canciones me traen recuerdos! las convivencias antes de la comunión, en un convento del escorial, con un frío, que no había ni grajos! y las monjas nos reunen en el comedor, después de haber cenado y con los pijamas puestos, para hacer jueguecitos variados (con lo bien que estábamos gamberreando por las habitaciones pasándolo pipa!!) el caso es que llegamos al comedor... y alli estaban las monjitas... EN CAMISÓN Y BATA!!! no se expresar la sensación por escrito... PERO LA ESCENA SE ME QUEDÓ GRABADA!! (quizá debería ir a un especialista a que me quite el trauma?)

Kika Fumero dijo...

Jajaja...la cuna del surf!!! Jajaja. Calla, calla, no me hables de cancioncitas religiosas, que yo también sufrí su aprendizaje a fuego lento... :-/ Me has hecho reír! Un beso

Sandra Sánchez dijo...

Una experiencia "religiosa" inolvidable, genial!!

María dijo...

¡Marcela haciendo amigos...!

Izel dijo...

Marcela que te pierdes!!!! Pero al final... ¿ALguien hizo surf o no?

Irreverens dijo...

¡jajajajajajaja! Lo de la cuna del surf te ha quedado bordao, ¡jajajajajaa!

Yo creo que habría sufrido algún tipo de dolencia nerviosa en esa excursión, ¡jajajajaa!

Lucy dijo...

¡Jajajajjaaj! ¡qué anecdota más buena, "por Dios"! Yo me sabía el padre nuestro, pero el antiguo, así que ahora no sé nada de nada...
¡Un saludo y felices fiestas!

Lenteja dijo...

Sí, sí es para flipar observar el fervor religioso de la gente. Yo en algunas procesiones alucino. A veces me da hasta miedito, te diré. !Que nació el surf..¿ me parto contigo compañera...
Besos.Lenteja

Mármara dijo...

¡Ay, Crista, lo que hubiera dado por verte en semejante trance!
Desde luego, Marcelilla mía, lo que no te pase a ti, ¡no-y pasa a naide!