Ayer, Marmarita y yo jugamos un campeonato de golf. De cómo jugamos casi prefiero ni comentar, vamos que en vez de golf parecía otro deporte: que si miré y la bola no doy ni dos pasos, que si tiro fuera, que si dónde anda esta bola, que si el árbol, que si el agua...en resumen, que hicimos record del campo, pero por abajo. Eso sí, avisadas de que había buen sorteo de regalos, nos quedamos a la entrega de premios y nos tocó una hemosa bolsa para los palos, jejejee, suertudas que somos.Nos tocó jugar con dos señores mayores (bastante mayores, muy mayores, mayorísimos) y, como manda el protocolo, nos presentamos educadamente antes de empezar: "Hola, soy Mármara (ella siempre es más sociable que yo, que soy algo cerradina para relacionarme), hola soy Marcela", "Genaro, encantado", "Paco, mucho gusto".
Y aquí, Marmarita que pone cara de intriga mirando al más bajito y suelta: "Perdona, Genaro, pero ¿no eres el marqués de Ferrera?"
Yo pensé que a la Marmarita se le habían subido los aires murcianos a la cabeza o la telenovela del mediodía y a punto estuve de darle un codazo. Entonces el abuelo, sonriente, dice "¿Cómo lo sabes?".
Y yo, que vengo de familia humilde, a la vez que antinobleza, flipé por las orejas y hasta por el driver.
Allí se pusieron a hablar de la historia de nuestra ciudad y sí, chicas, era el marqués.
A mí, estupidamente, me hizo hasta ilusión, porque es el último marqués de Ferrera y porque su palacio (ahora hotel) está casi enfrente de mi casa. Yo, que soy republicana y monto barricadas por casi todo, me vi envuelta en un ambiente noble y casi me arrepentí de llevar una camiseta, o polo, de publicidad. Ayyyy, la vida de la alta sociedad, ajajjaa.
Pues, claro, con este inicio ¿cómo iba yo a jugar bien si compartía partida con la historia de mi ciudad (qué disculpa más tonta, por las diosas).
Pues bien, el hombre fue un encanto y nosotras nos fuimos sabiendo que peor no podemos jugar y que nos codeamos con la nobleza.
Ahora, chicas, tengo un problema grave y una duda existencial ¿Podré seguir tratando con el pueblo llano? ¿ahora que casi pertenezco a la clase alta puedo seguir yendo a La Caleya y hablando con la clase baja? ¿debería plantearme tener un título como "Duquesa de Cabrales", "Marquesa de la Sidra" o "Condesa del Bollu Preñáu"?
Bueno, mientras doy solución a todas mis dudas, me despido desde el pedestal en que me he encumbrado y pienso también si cambiar el nombre del blog: "Mujeres en nobleza".
PD: voy a llamar a la Duquesa de Alba para comentarle mis dudas, que entre colegas se arreglan las cosas.
