martes, noviembre 13

SILENCIO
Llevo ya unas cuantas semanas en las que no hablo mucho, en las que tengo mucho silencio alrededor, siempre que puedo.
No quiero decir que no diga nada en todo el día, mi trabajo y el trato social no me lo permiten, pero sí que hablo lo menos posible y que me doy una cierta cura de silencio cuando estoy sola.
Y me gusta, creo que el silencio me ha hecho escuchar más lo que se dice, me da la oportunidad de no saltar a la primera de cambio, reflexionar más, entrar en acción pero no reaccionar. Me está permitiendo, también, escucharme más a mí, lo que quiero, lo que siento, lo que pienso, a lo que aspiro, lo que creo que podría cambiar de mí misma, lo que opino que debo mantener,...
Cuando el silencio es impuesto, es una forma de maltrato, generalmente, pero cuando el silencio es voluntario es un descanso para la mente y para el cuerpo.
No sé lo que me durará, pero espero haber aprendido a hablar un poco menos y escuchar un poco más, dicen que por eso sólo tenemos una boca, pero dos oídos.

5 comentarios:

Mari Triqui dijo...

El silencio es una suerte...es necesario... nos permite llegar a lugares más escondidos y lejanos de nuestro interior...
Un abrazo!

Morgana dijo...

lo que descubro en el silencio luego me dan ganas de ir corriendo a contarlo a alguien. Es, desde luego, una forma de comunicación.

Un abrazo!

Marcela dijo...

Glora, es cierto que a veces el ruido alrededor nos impide pensarnos más interiormente; el silencio es una necesidad de vez en cuando.
Morganaaaa, a mí también me pasa que lo que descrubro me dan ganas de contarlo y para eso tengo dos amigas muy muy muy especiales que son las que comparten mis silencios.

Anónimo dijo...

Especial eres tú, cuñaaa!!
Que agradable resulta leerte siempre. Aún en tus momentos más bajos. Que bien verte ir remontando escollos. Que bueno verte luchando, ordenando tus pensamientos, (que son muchos y variados),que estupendo tenerte cerca y que formes parte de nuestras vidas.
El silencio puede ser una cura acelerada, especialmente si eres tú misma la que lo eliges como herramienta. Yo lo tengo por un buen amigo, rara vez me ha dejado en la estacada, está cuendo tiene que estar y se va cuando ya no es necesario. Me deja conclusiones interesantes.
En fin, un abrazo osuno y cientos de besos. Te queremos, ya lo sabes.

Mármara dijo...

No sabes cómo te admiro en este momento. ¡Qué luchas Santo Cristo de la Agonía, qué lucha, la que llevo yo con este tema! A ver si tengo güevos y te imito un poquití, que no me vendría nada mal.