sábado, enero 27

AQUÍ ESTOY
- Apelotonadas, chica, todas apelotonadas en aquella barra. Todo era muy oscuro, pero con una oscuridad tan extraña que se distinguía hasta el mínimo detalle. Montones de mujeres, todas distintas, todas sonrientes. Voces, carcajadas, murmullos, susurros, sonrisas, caricias, yo qué sé, todo, chica, todo.
- Pero ¿era un bar muy grande?
- ¡Qué va! Era mínimo, pero muy amplio ¿Cómo te lo explico? Era uno de esos garitos en los que hay que entrar de lado, pero daba cabida a cientos, a miles, a millones…bueno, sin exagerar, seríamos casi cien; todas contentas, relajadas, pletóricas.
- Bueno, vale, pero ¿qué pasaba?
- Todo era muy extraño, porque las mujeres se agolpaban en la barra para pedir consumiciones y las camareras, en vez de estresarse, se abrazaban y se ponían a bailar. Y nadie protestaba, todas reían las gracias de las dueñas del bar que, por cierto, estaban que quitaban el hipo.
- ¿Y viste a alguien conocido?
- Sí y no. No sé. A veces sí y otras veces no conocía a nadie. Sólo sé que yo estaba como pez en el agua. Se me acercó una chica gordita y empezó a acariciarme con una dulzura increíble, yo también la tocaba y el contacto con sus michelines suaves y redondos me excitaba tremendamente. Luego fui hacia una rubia con pinta de okupa, y no veas cómo besaba, era la reina del beso con lengua. Más tarde, cuando yo ya estaba medio derretida, me abrazó una mujer alta, ojerosa, de grandes facciones y cuerpo escultural, tenía una inmensa fuerza y me acercaba o alejaba a su antojo; empezó a acariciarme con una seguridad mezclada con ternura que casi me hace llegar al éxtasis. Así, como te lo cuento, tenía más éxito que en mis mejores años, era como la reina de la noche, pero sin el “como”.
- ¿Y todo eso fue en la misma noche?
- Todo, todito en la misma noche, hija qué derroche de energías, de besos, de caricias, de excitación…cuando desperté y me vi sola en la cama, comprendí que hacía mucho que no tenía novia. Y aquí estoy, invitándote a salir y esperando que me des un largo beso.

6 comentarios:

Nerim dijo...

Eso es lo único malo de los buenos sueños, el despertar y ver que todo ha sido "virtual", claro que en los malos sueños,el despertar, más bien suele ser un alivio acompañado de un gran suspiro.
Un abrazo

Morgana dijo...

Jooooooo! jajajajaja si seré... Grrr.
Yo soñando despierta visitas a Vegueta y tú soñando dormida el paraíso! No, si es que...

jajajajaja Felices sueños Marcela!!!

Ripley dijo...

Mamma mia Marcelita! Con proposiciones tan (des)honestas como esta seguro que alguna mujer caerá en tus redes; que conste que por lo poco que se y he visto no ofendes a la vista ;-) Besitos

Mármara dijo...

Desde aquí te lo digo, Marcelilla, como no te invite a salir en un tiempo prudencial, voy allá, le pego un meneo y le canto las cuarenta, en bastos.

Anónimo dijo...

Pero bollo, pillabais todas con todas? jijiji :)

La Maldita dijo...

Espero que te diga que sí y te dé el gran beso, o por lo menos lo segundo que nunca sabe mal, jajaja.