Después de un fin de semana un poco duro, decidí ir a dar un paseo a la playa. Me recibió un atardecer precioso y un Cantábrico fuerte y vivo. A los diez pasos, ya me había desprendido de la sensación de fracaso que me rondaba estos días. A los veinte pasos, ahogué en una ola el disgusto por la mala contestación recibida de la persona que más quiero. A los cincuenta pasos, enterré en la arena, bajo una enorme piedra, el estrés que me impide a veces disfrutar a tope. A los cien pasos, empecé a notarme más leve, más dinámica, más positiva y más natural.
Por eso, porque he tenido el privilegio de ver este paisaje, de oler este mar y de tocar ese agua helada, os regalo esta foto. El mar, muchas veces, hace regalos, y hoy a mí me regaló serenidad.
10 comentarios:
Pues sí que es impresionante, ese cielo rojo fuego, con el color y la calor de las brasas, y esa mar como cenizas blancas.
Un beso
un regalo precioso: bravura, pasión y fuerza... después de la tempestad siempre llega la calma
Me alegra que os guste el paisaje porque yo me enamoré de lo que veía. Roma, hay alguna foto que parece un cuadro, te mandaré alguna.
La Peor, es cierto que llega la calma, qué ganas tengo de que eso ocurra, porque hay que juntar fuerzas para la próxima tormenta.
la foto preciosa.
a mi también el mar me calma mucho, es un privilegio que tenemos por vivir en una ciudad costera y algunas veces se nos olvida.
Qué suerte tenéis.
Un beso,
Mercedes
para mí es una vía de escape imprescindible; no sé qué haría si no tuviera el mar cerca porque con los años voy apreciando más esa posibilidad de pasear tirando al agua todo lo malo.
acabo de ver tu bitácora, estoy enseñándolo a mis alumnos, dicen que tienes cara de "pajarito" besos nena
¿Quién eres anónimo? Creo yo que serás anónima porque para llamarme "nena" a mí, jajjajaaa.
Gracias por tu regalo, y por tu blog. Lo he descubierto hoy y me lo he pasado muy bien leyendolo... tiene de todo, como en botica.
Gracias, pato, me alegra que te lo hayas pasado bien. La verdad es que este blog tiene de todo porque no tiene ningún camino marcado, sólo va para donde dicta el día. Un saludo.
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