domingo, septiembre 4

La hucha

Me he comprado una hucha en los chinos (uy, cuánta "ch"). La puse en casa, eché un par de monedas para ver cómo suenan cuando caen y ahora ya me sobra.
Nunca fui de ahorrar, vivo con lo que tengo, unas veces con bastante, otras con mucho y otras a dos velas. Recuerdo un verano que a pesar de haber cobrado el sueldo y la extra a finales de junio, el día 19 de julio el cajero me hizo pedorretas y tuve que volver a casa a comer macarrones durante el resto del mes.
Me gusta compartir lo que tengo con la gente a la que quiero, considero que quien más tiene es quien más tiene que pagar. Las huchas siempre me aburrieron un montón: tan cerradas, tan en sí mismas, tan misteriosas, tan silenciosas.
Mi hermana pequeña siempre fue una ahorradora tremenda, siempre tenía hucha y conseguía llenarla. Nunca llené una hucha en mi vida, lo mismo que nunca terminé la tinta de un boli en mi vida o desgasté una goma hasta el final. Pues bien, cuando éramos adolescentes, descubrí para qué servía la hucha de mi hermana: para saquearla con un cuchillo y mucho cuidado. Pero eso sí, nunca robé, eran préstamos y yo ponía mucho cuidado en dejarle notitas dentro de la hucha: "te cogí 25 pesetas", "vale por 10 pesetas", "Si te faltan veinte duros es porque yo los necesitaba".
La cara de mi hermana era todo un poema cuando abría su hucha y, entre tanta moneda, aparecían, brillantes, aquellos papelitos de las deudas (pobre, por entonces ella no sabía aún lo que era la prima de riesgo, ni la prima de nadie, ni que en realidad yo tendría que, tarde o temprano, sacar deuda pública para refinanciarme). La recuerdo quejándose y llamándome de casi todo, mientras mi madre me reñía y mi padre nos miraba con una sonrisa preciosa.
Nunca tuve cariño al dinero, pasé temporadas de no tenerlo y seguí viviendo con algo de picardía y muchas suerte. Siempre encontré la forma de tener lo suficiente para ser independiente.
Ahora miro mi hucha y me viene a la cabeza la tontería que le puse a mi hermana una vez que le "pedí prestado" y me dio la vena poética: "tanto ahorrar, tanto dinero, para no saber si comprar una gorra o un sombrero".
Creo que abriré ya mi hucha, la paciencia nunca fue mi fuerte y creo que a estas alturas ya ahorré , al menos, euro y medio, no está mal. Con el dineral que encuentre dentro, invitaré a mi gente a ser feliz y pagaré mis deudas de amor.
Qué importante es tener dinero para vivir y ser independiente, para ser libre. Agradezco a la vida lo que tengo, pero no pienso atarme a ello y acabar dependiendo de esa frase tan asquerosa como: "Tanto tienes, tanto vales". No quiero ahorrarme nada en la vida por no arriesgar.
Ah, pero no me pidais préstamos, que euro y medio no da para mucho.
PD: Y ahora que lo leo, este post me parece una pijada, pero como ya está escrito prefiero ahorrarme el borrarlo.


18 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Reitero. Mi güera y tú se tienen que conocer. Se van a llevar taaaaaaaaaan bien...

besitos

chris dijo...

Una pijada? a mí me parece una metáfora perfecta de la economía actual con las diferentes opciones y las respectivas consecuencias.

Qué bonito invitar a la gente a ser feliz y pagar las deudas de amor...

Begoña dijo...

Dicen que en España aún se conservan un total de 1.713 millones de euros en pesetas sin canjear. ¡Ah julandrona...! ¿No te olvidarías alguna hucha en algún armario? Y nada de pijada es muy interesante esto de las huchas, el cuchillo, los vales: RABIOSA ACTUALIDAD compañera.

Anónimo dijo...

"Picardía", dices. Yo lo que veo es mucha cara dura y muy poca vergüenza por tu parte. Y una gran metáfora (a pequeña escala) de cómo funciona este país de ladrones y caraduras: unos ahorrando con esfuerzo, como tu hermana pequeña, para que otros, que no saben/quieren/pueden ahorrar sustraigan el dinero que no es suyo con la excusa de devolverlo algún día. Me parecen patéticos tu actitud con tu hermana y los papelitos que dejabas en su hucha, porque la cuestión no es si algún día llegaste a devolverla o no todos esos hurtos, sino la manera en que te aprovechabas impunemente del esfuerzo ajeno. Y tu padre, a todo esto, mirándoos "con una sonrisa preciosa". Así nos va.

Clara dijo...

Pues a mí me gusta mucho el post. Y lo leí con una sonrisa. Además, al fin y al cabo no marchaste nunca con la hucha bajo el brazo ni lo hiciste a escondidas. Pero que sepas que tienes mucha suerte de tener una hermana ahorradora. Que nunca se sabe... Y lo guapo que es el momento en el que le das con el martillo a una hucha-cerdito de barro y se desparraman las monedas entre los trozos del animal que tanto costó llenar... Un abrazo,

verticana dijo...

Pues creo que es tan importante tener dinero para ser independiente, como necesitar poco de él. Las deudas de amor no se pagan con dinero:), sino con besos y abrazos......:)

Marcela dijo...

Anónimo ¿no serás mi hermana pequeña, eh?????? jajjajajajaaaaaa.

Marcela dijo...

Pena, entonces creo que tu güera no es ahorradora, ajajaa.
Chris, el único objetivo es ser feliz para que tu gente y toda la posible lo sea.
Begoña, a mí no me queda ni una peseta, maja, ya podía saber dónde andan todos esos millones, ajjaja.
Clara, vaya que es una suerte tener una hermana como la mía, siempre fue ahorradora pero generosa y lo sigue siendo.
Verticana, las deudas de amor son las más difíciles de saldar, la verdad.

María dijo...

Canta conmigo: "Con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la leyyyyyyyy..."

dintel dijo...

Yo tampoco soy de ahorrar... más que nada porque no puedo. En fin, tendré que adoptar una hermana pequeña, veo.

Anónimo dijo...

Pues a mí me ha encantado.

Belén Suárez Prieto dijo...

¡Marcela, me ha encantado la entrada! De pijada, nada, maja.
A ver si tengo la suerte de volver a asistir a alguna de tus clases, me apetece mogollón. ¿Perspectivas por la tierrina?
Besos.

Marcela dijo...

María, voy cantando a pleno grito, jajajaa.
Dintel, no te ofrezco a la mía, que bastante tiene conmigo.
Martina, gracias.
Belén, alguna cosilla habrá, aunque aun no hay nada concreto, tengo muchas perspectivas para Anadalucía en este trimestre, pero habrá un Congreso estatal de Coeducación en Noviembre, aquí en el Niemeyer y allí tendré un taller.

iTxaro dijo...

ya me gustaría ahorrar pero no se cómo lo hago pero voy "justica" ... pero voy.
(bueno si se lo que hago..algo parecido a ti)

besazo

Anónimo dijo...

Jiji Marcela tu post me ha hecho sonreir. De pijada nada. Yo creo q tampoco he llenado una hucha. Intento vivir con lo q tengo, y no creo q el dinero de la felicidad. ..para nada. Teniendo siempre lo q necesito no quiero mas. Como siempre digo el dinero solo es eso... dinero, nada mas.
Un beso.
MRosa

Irreverens dijo...

Bueno, aquí otra que vive con lo puesto...
:)

Mi obsesión por viajar ligera por la vida me lleva a quitarle importancia al dinero. Pero no nos engañemos: el dinero es necesario.

Ripley dijo...

comparto contigo lo de la hucha que nunca he llenado porque la de los préstamos a mi hermana era yo, ella no trabajaba y yo sí. tengo paciencia para ahorrar un poco cada mes cuando quiero algo mucho. es díficil ahorrar hoy en día, sobre todo cuando eres una para pagarlo todo

Mármara dijo...

Cómo me presta este post, Marcelilla. Yes tú misma (que yes la hostia, tengo que te lo decir aquí, aunque te lo diga en vivo y en directo), y no digo más que luego se me entiende todo.
¿Hucha? Voy corriendo a buscar el diccionario.