Me escribe un comentario Garbancita y casi me hace llorar. Qué emoción que alguien, después de tantos años, venga a recordarme aquella época tan bonita y tan loca.
Y he recordado muchas cosas. Yo tenía 19 años (jajjaja, alguna vez tuve esa edad), era un bollito lleno de energía y dinamismo, estaba en mis mejores años de jugadora de hockey. De hecho, fue por aquellos años en los que estuve en la selección en un par de concentraciones.
Y se me ocurrió formar, en el colegio en el que había estudiado, un equipo femenino de hockey sala. Se me apuntaron un montón de crías de 10 a 12 años, casi todas ellas malísimas en el deporte (no sólo tú, Garbancita, jajajjaa), pero con unas ganas de juerga que me hacía pasarlo genial. Los entrenamientos eran puritito cachondeo: que si no me apetece correr, que si mejor charlamos, que si Marcela llévame a burros, que si vaya coche guay que tienes, que si qué buen día para reirnos...menos hockey había de todo.
No conseguimos ganar ni un solo partido, nos ganaban por goleada y mi equipo seguía riéndose y partiéndose por todo. A cada paliza que nos metían, más risas. Y yo, como entrenadora, me encantaba ver cómo disfrutaban de hacer deporte sin sufrir por las derrotas y seguí con la idea de que mejoraran.
Y fuimos a jugar a Bilbao, y tuvo que venir una de mis hermanas conmigo, que es mayor, porque las familias no las dejaban viajar con la cabra loca de su entrenadora. Perdimos todos los partidos, como no podía ser menos y lo pasamos como nunca. La primera que no dormía de las risas era yo.
En el equipo había bollitos futuros, pero nunca creí que ellas hablaran sobre mis novias, Garbancita me quedé pa´trás con tu mensaje, jajajjaa. Yo hablaba, hablaba, y hablaba con ellas, me gustaba verlas crecer y me encantaba escucharlas. Mi renault supercinco rojo se convertía en taxi para llevarlas a casa y en confesionario de más de una confidencia.
Las quise mucho, me enseñaron mucho, me dieron felicidad y seguridad en mí misma, me animaron a seguir en la enseñanza. Me regalaron tanto, que aún hoy Garbancita se ha asomado para hacerme otro enorme regalo con su comentario.
A día de hoy, puedo decir que tuve el mejor equipo de deportistas que nunca se haya visto, que erais las mejores, que tú, Garbancita, eras la verdadera imagen del juego limpio y sigues siéndolo. Gracias, mis niñas, me hicisteis feliz y siempre os llevo conmigo. Gracias, Garbancita, siempre fuiste especial, siempre fuiste una maestra.
13 comentarios:
Qué bonito es cuando te recuerdan con cariño las mismas personas a las que tú recuerdas con cariño. A menudo ni te lo esperas. Crees que se habrán olvidado, y un día reaparecen después de años y te cuentan anécdotas y emociones de entonces, cosas de ti misma que tenías olvidadas incluso. Un besote.
aiii pues sí que mola esa época. Yo llevaba un grupo de postcomunión... en mi época creyente...y eran la repera limonera... ahora son todos monitores de tiempo libre y siguen metidos en el asociacionismo... si ya sabía yo que las carreras por el parque de L´Entregu, las dinámicas que hacíamos y aquellas sesiones de charleta sobre "me gusta fulanito o menganita, pero me dan asco los besos en la boca, ( a mí me decían eso,yo intuía algún que otro bollín y algún que otro gai y yo asentía con la cabeza, como diciendo, ya ya, en un año u dos ya os cambiará la historia) " en los viajes de autobús, iban a dar su fruto...
Yo no tengo una garbancita... pero le sigo la pista a un auténtico cocido madrileño de chuparse los dedos¡¡¡¡
Panchaaaaa que la doble M. estuvo cenando en La Caleya en caliente, recién llegadas de Navarra¡¡¡ oleoleole¡¡¡
besinos¡¡¡
aiii pues sí que mola esa época. Yo llevaba un grupo de postcomunión... en mi época creyente...y eran la repera limonera... ahora son todos monitores de tiempo libre y siguen metidos en el asociacionismo... si ya sabía yo que las carreras por el parque de L´Entregu, las dinámicas que hacíamos y aquellas sesiones de charleta sobre "me gusta fulanito o menganita, pero me dan asco los besos en la boca, ( a mí me decían eso,yo intuía algún que otro bollín y algún que otro gai y yo asentía con la cabeza, como diciendo, ya ya, en un año u dos ya os cambiará la historia) " en los viajes de autobús, iban a dar su fruto...
Yo no tengo una garbancita... pero le sigo la pista a un auténtico cocido madrileño de chuparse los dedos¡¡¡¡
Panchaaaaa que la doble M. estuvo cenando en La Caleya en caliente, recién llegadas de Navarra¡¡¡ oleoleole¡¡¡
besinos¡¡¡
Qué bonito, Marcela, todo lo que cuentas.
Y un aplauso a Garbancita por haber provocado en ti sentimientos tan loables.
:)
Y sin duda alguna, la mejor deportista siempre será aquella que disfrute como una enana con lo que hace (independientemente de sus "éxitos" cuantificables en puntos, goles, etc.).
Haber sido entrenadora facilitó el relevo de generaciones...ejemplo de buen hacer. ¿Qué más se puede pedir?.
(¡Jo, qué tiempos!...)
Qué bonito que se acuerden de tí y con tanto cariño. Disfrutar de épocas especiales es algo hermoso, pero saber que te recuerdan debe ser lo más.
besos
Felicidades... esos reencuentros valen la pena :)
Un ¡ole! para "tu" Garbancita por su comentario, y por ayudarte a conectar con aquella época fantástica, y muchos para ti , que dejas esas huellas tan hondas y tan estimulantes en quienes te conocen.
Si, es que, canso de decírtelo: tú vales mucho, prenda, mucho. Lo que yo hubiera dado por tener una profe como tú.
insisto y me repito como marmarita. cómo me hubiera gustado tener una profa como tú!!!! vamos, que si no fuera porque vivimos donde vivimos, ya te estaba enrollando para formar un equipo de hockey cagontó...
A veces nom eres consciente de todo lo que das hasta que no te viene devuelto de forma inesperada...
Me ha encantado el post...
Fantástica Garbancita por haberte hecho rememorar épocas de tan dulces recuerdos.
Historia muy entrañable.
un besazo
Creo que hiciste lo mejor en esa época, reir. ¿O es lo mejor en todas las épocas?
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