Esta semana pasada he renunciado a mi actual trabajo, a partir del 1 de septiembre vuelvo a ser lo que siempre fui y lo que quiero ser: profesora de instituto. Ni el sueldo, ni las influencias, ni el posible "estatus" que mi actual puesto conllevan merecen ni cinco minutos de mi infelicidad.
Porque, como dicen mis amigas, soy una "felizona de la vida", he renunciado a seguir siendo infeliz y veo en el futuro días llenos de adolescencia, de risas, de agobios, de correcciones, de aulas, de satisfacciones,...me veo feliz, en una palabra, porque ser profesora es de las mejores cosas que me ha pasado en esta vida.
Y quiero terminar con un refrán que dice mi padre, ya aviso que no es precisamente el colmo del buen gusto, pero refleja perfectamente una filosofía de vida que yo abrazo sin dudar: "Quien no tiene el culo arrendado, puede cagar donde quiera".
PD: soy consciente del privilegio que supone poder decidir dejar un trabajo porque tengo otro esperando, mucha gente no puede optar; a esa gente le dedico este post.
28 comentarios:
Te felicito, tomar decisiones de este tipo no es nada fácil y veo que tú lo tienes bastante claro!
Un abrazo fuerte y bienvenida!
Yo no sólo te felicito: me quito el sombrero. Es una costumbre que tengo ante gente honesta y coherente.
Me encanta la filosofía de tu padre jajajaja...
Tienes toda la razón y me alegro de que lo que elijas sea verdaderamente lo que te hace féliz... No todos pueden tomar estas decisiones y, de los que pueden, no todos se atreven a tomarlas...
Pues bien por tí y seguro que también por tus futuros alumnos.
Enhorabuena, Marcela.
Ya sabía yo que me caías bien por algo que no alcanzaba a comprender...
Ahora sé que es por tu integridad y por tener muy claras las cosas realmente importantes.
:)))
Un beso
Si el regreso a tu anterior trabajo es para bien, felicidades. Este tipo de decisiones siempre son muy personales y difíciles de tomar. Buena suerte.
felicitaciones por tu decisión
poder elejir trae felicidd, siempre
salu2
amén a lo que decía tu padre, y ña vida es una y si sabes lo que te la va a hacer un poco más feliz, a la mierda lo demás! olé por ti.
joder! nos hemos comentado a la misma hora!!
Enhorabuena, chica!
Concuerdo contigo, la felicidad no tiene precio pero hay situaciones que pueden tener un coste.
Me alegra que tu decisión revista coherencia y que la dejes atrás sin un atisbo de amargura.
Muy bueno el refrán de tu padre
un beso
OLé , olé y olé por ti!
Me encanta esa filosofía de vida ( y el refrán no tiene desperdicio, me lo apunto porque es una verdad como un templi) y me encanta sobretodo el que seas consciente de que no todo el mundo tiene esa suerte, hay personas que creen que lo que ellos pueden hacer lo puede hacer todo el mundo y no es así.
Felicidades!
Gracias, Marcela. No te miento si a veces me he acordado de ti cuando te mostrabas a disgusto en algunos de tus posts. Y tú dirás, de mí por qué? pues ya ves, los trabajos a veces no son lo que parecen y no basta con hacer lo que una puede. Mi padre siempre dice que ya que una tiene que salir de su casa para ir trabajar, tiene que valerle la pena.
No sabes cuánto me alegro por tí, y a la vez me alegro por mi, por haber tomado casi a la vez esta decisión de libertad, (esta liberación) :)
Un beso!
Glora, es cierto que no es fácil, pero me lo han puesto muy en bandeja, mi punto de vista molesta a la administración y yo no quiero estar donde sólo quieren docilidad.
Blas, has dado en el clavo con la palabra que me persigue toda la vida: coherencia, es mi meta en la vida porque quiero dormir bien y quererme sin tener que echarme en cara que me he vendido.
Izel, siempre me acuerdo de la gente que no puede tomar estas decisiones, parte de mi gente está en esa circunstancia y sé que no puedo quejarme porque tengo opciones.
Ohn, espero que mi alumnado tenga paciencia conmigo, que son seis años sin dar clase, así que tendré que estudiar y ponerme a tono para ser profe de nuevo, me atrae el reto muchísimo.
Irreverens, gracias por decirme que te caigo bien, es mutuo, por eso blogueamos ¿verdad?
Siempre anónima, te puedo asegurar que es para mi felicidad, eso lo tengo clarísimo.
Marga, es cierto que el poder elegir da felicidad, porque sobre todo te da libertad y no te deja en un sitio que no quieres sin opciones.
Errante, estábamos escribiéndonos al mismo tiempo, jajjajaaaa. Le diré a mi padre que su refrán ha tenido éxito.
Frabisa, es cierto que la felicidad es lo primero, pero no siempre lo pensé así, hubo veces que me dejé deslumbrar por el "éxito" de un puesto de postín, como diría errante: "A la mierda".
Pulga, gracias por tus ánimos y ten por seguro que no me olvido de la gente que no tiene mis privilegios, la gente que más quiero no tiene estas posibilidades.
Ericita, qué bueno que tomemos decisiones que van a favor de nuestra libertad, me alegra muchísimo. un besito.
Ey... me ha encantado el refrán de tu padre, ja, ja, ja.
Creo que estamos en la misma situación: vuelvo al cole, molesto (mucho) a la administración, disfruto con mis chicos y mis clases.
Por la parte que te toca: ¡enhorabuena!
Plas, plas, plas... a tu coherencia y tu integridad.
Un abrazo
Marcela, la administración no quiere gente que tenga iniciativa ni ideas, lo único que quiere es gente que trabaje sin que llegue a formularse planteamientos invonvenientes para quien ostenta el poder. ¿No te ha gustado el enlace que te dejé? No me has dicho qué te parece.
Siempre anónima, no puedo decirte nada del enlace porque estoy en el trabajo y no tengo acceso a youtube, en cuanto lo vea en casa, te diré.
Enhorabuena por tu decisión. Cierto, el trabajo tiene que darnos felicidad, si nos hace infelices no vale ningún buen sueldo. un besazo
Pues muchas enhorabuenas por el paso y a ponerse al día. ¡No sabía yo que éramos colegas!
Pide al servicio de informática de la administración donde trabajas que te instalen el flash player, seguramente no tienes acceso a youtube por ese motivo. Hay otra frase que dice "pa tres días que me quedan en el convento me cago dentro", no sé si te parece apropiada.
Coño, siempre anónima, menos mal que no saltó el vídeo en el curre, jajajajaaaaaaaaaaaaaaaa, que me imagino la cara de mi compi que no hace más que mirar para todas las pantallas y de mi jefe que las vigila con ansia, ajajjajaaaaaaa.
María, el cole nos espera, qué bien.
Pauline, es que son muchas horas allí como para estar mal, ya que se puede, hay que elegir la felicidad.
Marta, si es que somos muchas las docentes blogueras (y bolleras, ajjajjaaa)
¡Hola! Nosotras también somos profes bloggeras y bolleras, jajajaja... Pero por el instituto parece que nadie es ni bloggera ni bollera...
A estas alturas ya están los nenes y nenas insoportables, pero compensa, ¿no? ¡Enhorabuena!
Un saludo
pues adelante... es una suerte poder dedicarte a aquello que te gusta. Besos!
Marcelaaaaaaaaaaaa, la frase que puse, no era así, ésta es la correcta "pa lo que me queda en el convento me cago dentro".
Orgullosa de ti estoy, que lo sepas. Besos, guapa.
LLuís Llach, dice en una de sus canciones: "Per a mi el treball sempre és un càstig, menys per aquell que s'hi realitza..." (Para mí el trabajo siempre es un castigo, excepto para quien se realiza...). Y lo corroboro!!!
Y me alegro de tener más similitudes contigo, sabia Marcela. Mientras podamos elegir, ¿qué o quien nos lo puede impedir????
Ejercer nuestra capacidad de decisión, eso es la LIBERTAD!!!
Yujuuuuu...
Eres lo que eres: una pedazo de profesora de la vida!!
Besines
Fundamental que te apasione tu trabajo .....me ha encantado lo de "felizona de la vida " !!!
Hola Marcela!
Cuando Wittgenstein decidió dejar la cátedra para ser profesor de escuela en un pueblo perdido su hermana le dijo que no entendía como una cabeza como la suya, de las mejores de Europa, podía hacer eso. Y Wittgenstein le señaló fuera, a través de la ventana, y le dijo algo así como: ¿ves a ese hombre que anda despacio, haciendo esfuerzos por abrir su paragüas, luchando contra el viento? Pues desde este apacible cuarto libre de viento ni tú ni yo podremos entender de verdad a aquel que tiene que luchar contar el viento.
Algo así :P aMEN jeje
Un beso Marcela! y adelante con tu decisión!
Que te voy a decir aquí que no te haya dicho antes, pero, mira, ya que nos ponemos, ¡ole, ole y ole tus ovarios, Marcelilla! El trabajo que te haga perder, a ti, la alegría y la sonrisa que se vaya al carajo (que ya sé que tampoco es el colmo del buen gusto, pero que qué le vamos a hacer).
La dedicatoria de este post te honra.
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