domingo, febrero 19

Cómo se vive en el sur

Pleno febrero, ola de frío polar (antes se llamaba invierno sin más) y yo en el sur, de terracitas y comiendo al aire libre mientras tomo el sol.

Voy para allá, para acá, para el otro lado, de ciudad en ciudad, dando la chapa a quien me quiera escuchar y vivo como quiero.

Disfruto a tope de todo y recuerdo tiempos peores, tiempos en los que pensaba que todo era oscuro porque yo era incapaz de ver la luz, y recuerdo esos tiempos porque quiero ser consciente de lo bueno que me está pasando ahora.

Cuando estoy mal, siempre me visualizo en tiempos mejores, deseo el paso rápido del tiempo y sé que saldré adelante y volverán días de sol que me calienten los huesos y el alma. Por eso, ahora que tengo la luz y el calor soy tan consciente de lo afortunada que soy y lo guardo todo para el almacén de días oscuros, que al fin y al cabo la vida son dos días y uno siempre llueve.

Y ahora vendrá la primavera, las flores, el olor de esta ciudad, el sol, los días cada vez más largos y la compañía perfecta.

Ojalá alguna vez en mi vida pueda darme otro curso como este, porque le he cogido el gusto a esto de vivir tan bien.

sábado, febrero 4

Sin palabras

Hoy cedo la palabra a una de las chicas del Módulo 10 del Centro Penitenciario de Villabona, este es uno de los resultados del taller que sobre expresión oral estoy dando allí. Habla Nusa, una joven marroquí, de ella es hoy esta barricada: