martes, agosto 31

Mañana será un buen día

Y no es que me gusten que se acaben las vacaciones, noooooo. Pero no me disgusta empezar el curso, tengo curiosidad por ver qué fue de la chavalería este verano, por sus historias y su cariño. Me produce expectación ver qué grupos me tocan este año, cómo me lo monto para motivarles y para que sea un año afectivo, alegre, con ganas de aprender y de enseñar.
Tengo un objetivo para este curso: que el alumnado se sienta bien en mis clases y que entre tod@s sepamos hacer una educación en igualdad, con emociones, con aprendizajes, con intercambios y con la sonrisa puesta.
Este será mi curso número veintiuno y estoy nerviosa.
Mañana será un buen día, lo sé.
Además será un gran día para la enseñanza en Asturias porque Marmarita vuelve a las aulas y eso se agradece muchísimo, una innovadora más para seguir en este camino de pedagogía lastrada por las costumbres y los currículos absurdos e impersonales. Vamos, Marmarita, a revolucionar las aulas, que la chavalería lo merece.

domingo, agosto 29

Conmigo misma

He dedicado mucho tiempo de mi vida a las demás personas, a lo que opinaban de mí, a hacerme querer aunque fuera con sacrificios, a mirar demasiado hacia afuera. Con ello, he encontrado gente que, ahora soy plenamente consciente, me ha querido por cómo soy, independientemente de cómo he querido ser y otra gente que sólo me ha querido por mi imagen.
Ahora, después de un verano de descubrimientos y tranquilidad, me siento realmente cambiada. Más bien diría que en proceso de cambio, porque esto no es de la noche a la mañana y no quiero que sea rápido (como casi todo en mi vida).
Estoy disfrutando de mí misma, estoy aprendiendo de Yosu a ser pancha. Cuánto tengo aún que aprender, querida Yosu, pero qué bien me viene que exista gente como tú que sabe parar a tiempo y poner buena cara incluso en las tormentas, gracias, preciosa, por enseñarme con tu sonrisa.
Siempre he sido una velocípeda, una rapidilla, un rabo de lagartija que ha vivido a toda velocidad pasando por la vida sin querer tocar demasiado mi interior, como si la velocidad me librara de los peligros de mirar adentro, como si tuviera mucho miedo de descubrir que me he construido con los ciminentos poco fuertes.
Y ahora, aprendo de otra gran maestra, Morgana, que pararme a descubrirme es el mejor regalo que me podía hacer y, poco a poco, me atrevo a mirarme sin juzgarme, escudriñando cuáles son los resortes que me mueven y cuáles son los recursos que tengo dentro para ser feliz, sin prisas, sin ruidos, sin estridencias, sin dramas, sin alharacas, conmigo misma.
Disfruto de mi gente mirándola a los ojos, casi sin hablar, sé que están ahí, dentro, con la seguridad que me da su amistad. Juego al golf más relajada, sin presiones por ser buena, sólo disfrutando de cada golpe, de cada risa y de cada comentario de la mi Mármara. Charlo con lamiMari y con Hasta los pelos y vivo la seguridad de su respeto hacia mí, me siento en familia.
Incluso he sido capaz de pasar todo un día con mi padre sin ponerme nerviosa y desear salir corriendo, hablando con el hombre de lo que a él le preocupa, aceptando su bronca porque he vuelto a fumar, riéndome con esas anécdotas que le he oído mil millones de veces.
Me veo más yo, más real, menos imagen, menos preocupada por lo exterior y con ganas de emprender una vida que me permita siempre mirar, sin tanto que ver, escuchar en vez de oír, callarme más en lugar de tapar con mi discurso rápido a las demás personas.
Estoy bien, muy bien. No sé lo que me espera en el futuro y tampoco quiero pensar mucho en ello, no me apetece ni predecir ni anclarme en lo ya vivido. Quiero ser consciente de mí misma, para disfrutar cada café, cada mirada, cada chiste, cada abrazo, cada gesto de mi gente.
Tengo por delante el mejor proyecto de mi vida: estar conmigo misma y mirarme dentro. Sé que será un proyecto lleno de altibajos, pero que me ayudará a vivir más de verdad, sin tanto adorno alrededor, sin tanto ruido externo y sin tantos autoengaños afectivos.
Marcela, la pastora hiperactiva quiere ser ahora la pastora más contemplativa y relfexiva. Marcela quiere quererse más.

jueves, agosto 26

Estoy volviendo

O eso creo. Había decidido escribir un post largo, pero ahora me doy cuenta de que me aburriría escribiendo. He decidido escribir uno corto, pero igual me enrollo.
Así que he decidido no escribirlo.
Dedicado a quien me enseñó que hacer caso a lo que me pide el cuerpo es lo más sabio que hay.

lunes, agosto 16

Jugar al golf con Mármara

Jugar al golf con Mármara es una de las cosas más divertidas de la vida. En un deporte en el que se supone que prima la concentración, nosotras nos reímos hasta de nuestra sombra. Marmarita ( y lasuhermana) tienen dichos para todo: "Bola en la calle no le mires el detalle", "esta fue politicuca: rastreruca y eficiente".
Ya no digamos cuando a Marmarita se le ocurre contar chistes en mitad de la partida, entonces todas mis bolas se van al monte de las carcajadas, porque los cuenta con una gracia que da igual el chiste que sea, y encima son buenos.
Eso sí, no veais cuando se cabrea la tía, entonces es temible, ajajjaa.
Me encanta jugar al golf, a pesar de que cierto tufillo pijo que desprenden las inmediaciones me queda lejano y fuera de mi entorno. Pero yo paso, a lo mío, a mejorar y a reirme con lamiMármara.
El otro dia jugamos un campeonato, era la primera vez (mi handicap no tiene ni tres meses) que me veía en tal tesitura y estaba muy nerviosa, tanto que lo único que pedía era no salir en el periódico del día siguiente en la sección de sucesos. Pero lo hicimos muy dignamente y Mármara no paró de animarme en todo el partido, es una excelente compi.
Y para muestra un botón de sus chistes en mitad de un golpe de golf muy comprometido: "Entra una en una biblioteca y dice: UNA WOPER CON QUESOOOOOOO. Le dicen: oiga que esto es una biblioteca. Y ella contesta: meca, es verdad, perdón: una woper con queso".

viernes, agosto 13

¿Vivo la vida que quiero vivir? Y una de estrellas.

Dos temas se me agolpan en la cabeza y en la experiencia. Empezaré por el más tanscendente, a pesar de que yo soy, más bien, de baja intensidad y poco dada a exponer públicamente mis "pajas" mentales (y las otras tampoco, que una cosa es la confianza y otra es pasarse, jaajjaja).
Bien, la reflexión en la que llevo un tiempo (Lanzarote y Morganita me han reactivado tremendamente esta parte de mí tan escondida que es la de pensarme) es que creo que me ha llegado el momento ideal de reinventarme, de mirar muy bien el tipo de vida que llevo y recrear el que me gustaría llevar. Miro lo que hago y, en general, estoy contenta: tengo trabajo fijo (que eso es un lujo hoy en día), soy una mujer independiente, nada me ata, no me bloqueo a mí misma para ser feliz, me río mucho, soy docente por vocación, soy lesbiana por mayor vocación aún y feminista encantada de serlo. Tengo las mejores amistades del mundo, tengo a lamimari que es una joya. Hago muchas cosas y he obtenido cierto reconocimiento profesional.
Hasta aquí, todo perfecto. Pero también hay otra parte "oscura" que, en muchos momentos, me niego hasta a mirar: soy insegura en los afectos, las relaciones sentimentales se me dan de puta pena, me provoca un terremoto que la persona a la que quiero tenga un mal día, me engancho en relaciones que, a veces, me provocan sufrimiento, tengo pánico al abandono, no me creo muy merecedora de los esfuerzos de las demás personas para conmigo y vivo en un estrés casi continuo. Ah, y trabajo demasiado, muchas veces para no pensar en que mi vida podría vivirla como yo quiero. Vamos, que el curre me tapa mi cobardía ante el cambio.
Es por ello, que me veo en el mejor momento de mi vida, en la temporada en la que puedo de verdad cambiar el rumbo que he seguido hasta ahora, en el tiempo de mi reinvención. Y creo que lo haré si la pereza y la cobardía me lo permiten.
Ufffff, qué intensita que me he puesto, ni que tuviera yo pretensiones de psicoanalista, mamma mía.
A ahora para aligerar esta intensidad que me ha dado, os contaré que el miércoles a la noche, lamimari, lasum y yo nso fuimos a las diez y media de la noche a la provincia de León, en busca de un cielo claro que nos dejara ver las perseidas. Íbamos pertechadas al máximo: bocatas de cecina con queso de oveja y aceite virgen, bombones, café caliente y hasta chupito de crema de orujo. Somos estupendas para disfrutar. Y llegamos a Barrios de Luna, en plena zona de Babia (estuvimos en Babia, vamos) y plantamos las sillas de playa en una cuneta y disfrutamos a tope de la noche.
Estrellas fugaces, vimos cuatro, una miseria, pero suficientes para pedir por nuestra felicidad y la de quienes queremos. Pero lo mejor fueron las risas por la situación en la que nos veíamos: noche cerrada, en una cuneta en el más allá y como si estuviérmos de picnic. Las carcajadas se oían hasta Zamora y tuvimos que calmarnos para no morir de los dolores de barriga y costado que nos dio.
Gracias, Mari y M, gracias por estar siempre ahí y por existir. Aunque sea capaz de cambiar de vida, ellas siempre están en ella.

lunes, agosto 9

Cuántas cosas

Venía yo de Lanzarote con la calma chicha que da la felicidad, con la tranquilidad no conseguida durante todo el curso, con el ritmo del caracol en hora de siesta, cuando me vi atropellada por la vida de siempre en este norte pelín sombrío y ruidoso.
Ruidoso, sí, porque después del descanso de la isla, aquí todo me parece chirriante, ruidoso y de mucho jaleo. Me está costando la vuelta.
Y bueno, estaba yo pensando que mi vida iba a cambiar a mejor, a menos ruido y más tranquilidad cuando me envuelta en una polémica que en mi ciudad ha surgido y me vi insultada desde los comentarios que los periódicos on line permiten sin pudor ni moderación alguna. puf, qué hostia llevé, vamos que aterricé de golpe en un estrés que creía superado.
Menos mal que aquí está la panda y me acogieron y me salvaron de las garras de los medios de comunciación (¡¡¡Cómo entiendo ahora a Angelina Jolín!!!!, ajjajajaaa). Y para animarme, nada mejor que una excursión de 17 bollos y 2 gays a Galicia, a pasar el día, creí que reventaba de risa. Me doy cuenta de que vivo en un mundo tan bollo que me resulta hasta raro ver parejas heteros por la calle.
Y pasado mañana juego mi primer torneo de golf, hago pareja con Marmarita y ella dice que vamos a arrasar. Yo digo que me contento con que no me expulsen por mala.
Y en todo esto, sigue conmigo el recuerdo de Lanzarote y, sobre todo, de Morgana: paisajes. volcanes, sol, calima, viento, blanco, verde, cenitas de terraza, cocina sana, gente envidiable que ha sabido hacer un gran cambio en sus vidas, hippies, lajas, risas, carcajadas, silencios, miradas, baños de mar, baños de luna, baños de amistad. Ayyyyy.

lunes, agosto 2

Vivir el momento

El día a día en esta isla está lleno de momentos felices, hoy no podía ser menos:
- Abrazo de buenos días. Desayuno en la terraza de Morgana.
- Mañana de calima y viento.
- Visita a la biblioteca de SARAMAGO, emoción al estar en la misma mesa en la que escribía un premio Nobel revolucionario, charla con uno de sus ayudantes, momento especial en mi vida al ser consciente de mi suerte:
- Excusión a El Cuervo, un volcán que permite entrar en su cráter, muy cerca del centro de la tierra, en contacto con energías invisibles que me conectan conmigo misma, meditación y risas, silencios y armonía:
- Bocata en el cráter, búsqueda de olivina entre las piedras, conversación e historias.
- Café apacible reodeadas de blancos y verdes, muy Lanzarote, sensación de plenitud y felicidad:

- Siesta en casa, masajes y reiki, me siento liviana (y lesbiana, que os veo venir), despedida de una gente maja, preparación de mi pronta marcha, cena con Morgana, intimidad y confianza.
- Paseo corto, viento y risas.
- Abrazo de fin de día.
- Mañana empieza mi último día de la primera vez que estoy en Lanzarote, una etapa que, de algún modo, me ha transformado.