domingo, febrero 28

Renovación

Son días buenos, parece que la energía se me va renovando dentro, que va saliendo el dinamismo que, durante un tiempo, me había abandonado. No me quejo del par de meses o tres que he estado mal, tampoco ahora es que esté para tirar cohetes, pero ya estoy casi bien. Las malas rachas me enfrentan a quien soy y a cómo me comporto, me ponen un espejo delante que, si quiero, puedo cambiar. Pero prefiero no tener malas rachas, no soy masoca.
Bien, estos días están siendo agradables, hago cosas muy normales, que me agradan, procuro solamente vivir aquello que me hace bien y volver a sentir la sensación de disfrute:
- Voy al cine con ella, como amigas, pero con mucho cariño y risas. Salimos Navis perdidas y avatareamos entre carcajadas y seriedades.
- Me meto en proyectos de aula que os contaré algún día, si salen adelante.
- Me río con el alumnado y escucho sus penas y sus alegrías.
- Recupero una amistad que hacía más de diez años que había perdido, al fin volvemos a encontrarnos.
- Tomo el café con una exalumna muy especial y me cuenta su tragedia, procuro animarla.
- Visito a mi nuevo sobrino y me quedo ensimismada en su olor, en su gesto, en su tacto, en su carita, en su tranquilidad, en su pureza, en su relax, en su amor.
- Mantengo una relación con ella que me ayuda a no hacerme ilusiones pero sí a disfrutar de los momentos que me regala la vida.
- Sufro el ciclón de ayer y pienso que ese viento se me llevará los malos rollos.
- Como con mi padre y mi supersobrina preferida y me doy cuenta de que soy parte de esa gente.
- Duermo la mañana y despierto con ganas de vivir este domingo de sol, aunque sea corrigiendo exámenes.
- Mañana es lunes y sé que lo pasaré bien en el insti.
- Miro la agenda y veo que tengo muchos proyectos empezados, muchas charlas por dar, muchos viajes por hacer y mucha gente a la que abrazar.
- Y pienso en Madrid y me veo con Farala y Kali y Elenita, pidiendo perdón por el plantón de este fin de semana, pero disfrutando de las amistades que este cibermundo nos trae.

¿Que si hay algo malo en mi vida? Sí, asuntos que tengo aún que solucionar, compromisos que no me apetecen que tengo que cancelar, actitudes mías que no me viene bien y que tendré que aprender a cambiar, soledades no queridas que tengo que saber llevar, insatisfacciones que tendrán que esperar y obligaciones que tengo, sin remedio, que afrontar. Pero hoy hace sol y viento y el día está guapo y yo también estoy guapa y tiro para adelante sin perder de vista lo que me ha pasado hasta ahora.

sábado, febrero 20

La barricada sigue

Es tarde, hace poco que llegué de otro viaje de trabajo y me voy reencontrando. Estoy sola en casa, como casi siempre, y no me veo mal. He vuelto a disfrutar de mis charlas, hacía tiempo que las daba sin disfrutar, sin vivirlas como normalmente lo hago, sin vaciarme en ellas para dar a la gente lo mejor que llevo dentro. Y ahora lo he vuelto a hacer, me vi siendo yo y me gusté.
Salgo del bache, sé que casi ya estoy afuera, siento dentro que la energía vuelve y las ganas de estar bien pueden con todo.
Ha sido una temporadita triste y dura, pero necesaria para volver a ver colores aunque los días estén grises.
He leído vuestros comentarios, vuestros emails y he contestado llamadas; gracias, me sentí acompañada y querida cuando no me quería mucho a mí misma.
No me arrepiento de nada de lo vivido, tuve mucho y se me esfumó en poco tiempo, pero tuve mucho y eso no me lo quita nadie.
Sigo queriendo querer, no me retiro del mundanal ruido, sólo espero saber resguardarme un poquitín mejor, nada más que eso.
O ni siquiera eso, la vida me ha ido muy bien sin resguardarme, habrá que volver a llenar la piscina de agua y tirarse de nuevo de cabeza.
Ya lo dice el refrán (oido los refranes, por cierto): "Nunca llovió que no escampara". Y a pesar del invierno tan pasado por agua, empiezo a vislumbrar la cercanía de la primavera.
Gracias por andar por ahí. La barricada sigue en pie.