lunes, junio 22

Va por vosotras, mujeres iraníes

Llevo todos estos días pensando (lo que me deja el catarro y el dolor de oídos) en escribir algo sobre al revuelta iraní y sobre el papel que en esa revuelta están teniendo las mujeres, sobre todo las jóvenes universitarias. Irén siempre me llamó mucho la atención y leí alguna cosilla sobre su cultura y la vivencia de las mujeres allí.
Hoy encontré un artículo que quiero compartir porque me ha parecido muy significativo y porque transmite optimismo. Va por vosotras, mujeres iraníes, que la lucha os lleve a la libertad.
En Irán, dos mujeres valen un hombre
Pepa Bueno.
Madrid-Amsterdam-Teherán. Hace dos años, emprendía viaje hacia Irán para entrevistar a Mahmud Ahmadineyad. Iba a ser una entrevista grabada para emitir en TVE una semana más tarde. Pese a todas las advertencias que nos habían hecho sobre la indumentaria femenina, en Amsterdam el avión se llenó de hombres y mujeres tan occidentalizados como nosotros. Pantalones vaqueros, camisas, camisetas, zapatos de tacón, bolsos y gafas de sol a la moda... Hasta que una voz nos anunció que estábamos a punto de aterrizar en Teherán. Un fru-fru sostenido me obligó a levantarme y mirar hacia atrás: un mar de cabezas cubiertas con pañuelo se extendió ante mí, y me acordé de las advertencias de nuestro embajador. Yo misma me cubrí la cabeza y me puse la gabardina con la medida que recomendada. Y así, vestida de mujer iraní, crucé la frontera. Una vez dentro del país, vimos cómo las mujeres, muy presentes en la vida pública –los ministerios están llenos de funcionarias y en la universidad ellas son el 65% de los estudiantes–,trataban de sortear las leyes y respirar un poco en una primavera que empezaba a ser asfixiante. Pero también vimos cómo detenían a las que se dejaban caer el pañuelo sobre los hombros, o marcaban demasiado la figura. Con ser duro, no era lo peor: su vida en términos jurídicos vale la mitad que la de un hombre. Literalmente, hacen falta dos mujeres para compensar la declaración de un hombre.Finalmente, la entrevista con Mahmud Ahmadineyad se hizo en directo en el palacio de la presidencia. El contacto fue profesional, estricto, escueto. Le pregunté por las mujeres, por las detenciones, por la igualdad. Me respondió con las cifras de las universitarias y su presencia en el ámbito público, sin moverse ni un milímetro de la propaganda oficial.Estos días, cuando veo las manifestaciones en Teherán, me acuerdo de aquellas universitarias, preparadísimas para a asumir cualquier liderazgo social o político y condenadas a una vida secundaria. Ninguna sociedad sobrevive a la negación de su 50%. Es cuestión de tiempo.


jueves, junio 18

1 virus + 1 virus = 2 virus

Y en viendo Marcelilla que la su Mármara se encontraba malina, fue rauda a su encuentro para asegurarse de cuál de las dos estaba peor. Y encontróla tirada en el sofá cuán larga es (que lo es) y en encontrándose las dos amigas decidieron intercambiar informaciones, que no virus.
Cada una estornudando en un sofá, a distancia suficiente para no confundir mocos, pusiéronse prestas a rajar de lo lindo, que se les da de vicio a ambas.
Y pasó la tarde de la mejor manera, y entre tos y tos una carcajada y Marmarita que saca el baúl de los recuerdos, con fotos incluidas y que le cuenta a Marcelilla, in situ historias de ayer y hoy. Y venga de reír, y venga de charlar...tanto que hasta Marcela (abstemia perdida de toda la vida) se bebió un chupitín de cognac del bueno (que ella no bebe, pero si bebe lo hace de calidad).
Y ahora, ya en su casa, frente al ordenador, con los estornudos más o menos controlados y recordando la tertulia, busca Marcela uno de sus cuadros preferidos: "La tertulia" de Ángeles Santos, una pintura que siempre significó para ella la libertad de la charlas entre amigas, la comodidad que aporta la sororidad, la traquilidad de saberte en tu sitio.
Va por todas por vosotras y por los kilos y kilos de sororidad que os deseo.


martes, junio 9

Atchiiiiiiiiiiiiiiiiis

Llevo unos días con tales estornudos que mejor que en malva, debería escribir este post en verde (con perdón de la guarrada). Me pica la nariz, llevo la cabeza hacia atrás, abro el buzón que tengo por boca, digo a voz en grito "Atchiiiiiiiiiiiis", lanzo bruscamente la cabeza hacia delante, salpico el monitor y...vuelve a picarme la nariz, vuelvo a llevar la cabeza hacia atrás...ayyyyy.

jueves, junio 4

45 años...y tan pichi

Ya es 5 de junio, al menos por mi reloj.
Ya es mi cumpleaños, a las siete de la tarde cumpliré 45 años y entraré en el primer día de los 46. Aún no he cumplido la mitad de mi vida, por eso me siento tan joven.
Hoy, además, he tenido el enorme regalo de ver al alumnado de mi tutoría haciendo una obra de teatro como si fueran profesionales y aceptándome a mí como una más del grupo, y me sentí querida como profe...no hay mejor regalo que ese.
Y ahora, a estas horas de la noche, después de un día intenso, en la tranquilidad de mi casa y de mi estudio, reposadas ya las emociones, he decidido que tenía dos opciones:
1- hacer balance de mis 45 tacos.
2- irme a la cama, que ya es hora.
Así que, pragmática como he sido siempre, os deseo buenas noches, me pongo mi pijama (que aquí el tiempo aún no está para alegrías), os mando un beso de afecto por el cibermundo y me largo a la cama, con mis 45 años y todas las que me queráis acompañar (es metáforaaaaaaa).
Soy una cuarentona felizona. La vida me sonríe. Y encima, no puedo ser más guapa ni más alta.

lunes, junio 1

Casualidades que asustan

Hace ya mucho tiempo (lo de "mucho" es relativo) colgué en este blog un relato que había escrito hacía unos años: "La aprendiz de peluquera", que era una pequeña historia de ¿amor? entre una madurita y una jovencita.
Hace poco tiempo (lo de "poco" es relativo) di una serie de charlas en Navarra, como todas sabéis porque me sufristeis en el blog. Pues bien, en una de las charlas veo a una chica joven que me suena su cara, que me suena mucho y como de algo muy familiar, como de hablar con ella en el pasado, pero de hablar bastante, vamos que la conozco y no sé de qué. Se me presenta porque ella también es asturiana, le digo que me suena su cara, me dice que le parece que me conoce, que es de Gijón, que es de al lado de casa de mi madre y mi padre...pero nada, que no sacamos de qué nos conocemos.
Doy la charla, hablo un poco más con ella, es una chica majísima, se ofrece a llevarme al apartamento en coche, le digo que prefiero caminar (qué mayor me hago que no aprovecho las oportunidades) y nos despedimos.
Me acuesto esa noche y, como si de una revelación se tratara, de repente me doy cuenta de qué la conozco: ¡¡¡¡Es la aprendiz de peluqueraaaaaaaa!!! Es la hija de mi peluquero de siempre, la que me lavaba la cabeza mientras venía su padre, la que me inspiró el relato, la jovencísima que daba masajes en la cabeza como nadie.
Y conseguí el número de teléfono de su centro educativo (ahora es profe), y llamé y conseguí que me dieran el número de móvil de la chica y la llamé y le dije de qué nos conocíamos y nos reimos mucho y quedamos para tomar algo en Asturias o en Navarra.
La vida es así, tiene casualidades que sorprenden...pero no le dije nada del relato, me dio vergüenza (ya os digo que me hago mayor). Si alguna vuelvo a verla y tomamos algo, creo que no le diré nada de que un día fue la inspiración para un cuentecillo un poco erótico. Además de coincidencias, la vida tiene algún secreto que otro.